lunes, 10 de enero de 2011

¿Qué pasaría si el afecto del agente representante de la representación pulsional intolerable para la consciencia no devenga de nuevo a ella?

Para comenzar este ensayo intentado resolver la pregunta referente a que si el afecto del agente representante de la representación pulsional intolerable para la consciencia no devenga de nuevo a ella encontrando salida ya sea hacia el cuerpo (Histeria de conversión) a la mente (Neurosis obsesiva) o hacia el exterior (Histeria de angustia), comenzare definiendo los conceptos importantes a tratar en el intento de dar respuesta a la pregunta y lo primero consiste en establecer la diferencia entre instinto y pulsión la cual ha sido traducida erróneamente por varios autores en los que designan a la pulsión como lo instintivo e impulsivo, la traducción correcta de instinto es toda aquella necesidad orgánica que necesita ser satisfecha así por ejemplo el tener sueño se satisface como dormir, el tener hambre con comer, el querer evacuar con defecar el querer tener relaciones sexuales y realizarlas, este es pasajero, físico y exterior mientras que la pulsión más que una necesidad física, orgánica es una energía psíquica que se desprende de lo orgánico y que nunca se satisface en su totalidad, no tiene objeto especifico ni se extingue esta es constante, psicológica e interna. Otras definiciones mucho mas organizadas para definir pulsión serian por ejemplo “concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de los estímulos que provienen del cuerpo y alcanzan el alma”, “el concepto fronterizo de lo somático respecto de lo anímico, el representante psíquico de poderes orgánicos, “la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomaticos en continuo fluir, uno de los conceptos del deslinde anímico respecto de lo corporal”.  Y dicha pulsión no se puede conocer como tal, no es palpable en sí, pero lo que sí se puede conocer es hacia donde se dirige siendo la forma en la que se le identifica, reconociendo la dirección del agente representante de la representación. Y como ultima definición para concluir la explicación de lo que es la pulsión es “la pulsión es una búsqueda distorsionada de placer, deseo y búsqueda constante, que anhela y que te va a terminar matando por lo que dicha pulsión solo desaparece ya sea con la muerte o con la locura obteniendo así una homeostasis del organismo. El siguiente punto para explicar es si existe un más allá del principio del placer a lo que Freud responde que si existe y es una compulsión a la repetición, cuando el placer pulsional nos sobrepasa y se convierte en un placer doloroso a lo que denominaron como el gose es vivir instaurado en el dolor y algunas de las características del placer son que es licito, no causa angustia, no es prohibido, hay límites, reglas y es moral, mientras que el gose es ilícito, no hay reglas, es amoral, causa angustia, no tiene límites, te aniquila y termina por matarte. Los siguientes aspectos a tratar son la represión y el inconsciente (innc) los cuales están íntimamente ligados y se podría decir que son la base fundamental del psicoanálisis ambos procesos son indispensables para su propia explicación.

El psicoanálisis nos ha enseñado que la esencia del proceso de la represión no consiste en cancelar, en aniquilar una representación representante de la pulsión, sino en impedirle que devenga consciente. Decimos entonces que se encuentra en el estado de lo «inconsciente», y podemos ofrecer buenas pruebas de que aun así es capaz de exteriorizar efectos, incluidos los que finalmente alcanzan la conciencia. Todo lo reprimido tiene que permanecer inconsciente, pero queremos dejar sentado desde el comienzo que lo reprimido no recubre todo lo inconsciente. Lo inconsciente abarca el radio más vasto; lo reprimido es una parte de lo inconsciente. ¿De qué modo podemos llegar a conocer lo inconsciente? Desde luego, lo conocemos sólo como consciente, después que ha experimentado una trasposición o traducción a lo consciente. De ahí deviene el significado de que todo lo reprimido es inconsciente pero no todo lo inconsciente esta reprimido. El trabajo psicoanalítico nos brinda todos los días la experiencia de que esa traducción es posible. Para ello se requiere que el analizado venza ciertas resistencias, las mismas que en su momento convirtieron a eso en reprimido por rechazo de lo consciente. La esencia de la represión consiste rechazar algo de la consciencia y mantenerlo alejado de ella, y esta represión no está dada solamente cuando la tensión provocada por insatisfacción de la moción pulsional se hace insoportablemente grande, y tenemos así que la condición para la represión es que el motivo de displacer cobre un motivo mayor que el placer a la satisfacción, esta es conocida como la represión secundaria o de caza que sirve como mecanismo de defensa por medio de la búsqueda de representaciones intolerables y las devuelve al inconsciente. Cuando se practica la técnica psicoanalítica, se invita de continuo al paciente a producir esos retoños de lo reprimido, que a consecuencia de su distanciamiento o de su desfiguración, pueden salvar la censura de lo consciente puesto que se encuentran albergados en el inconsciente siendo fuentes significativas de displacer para el yo. Respondiendo a la primera pregunta qué pasaría si el afecto del agente representante de la representación pulsional intolerable para la consciencia no deviniera de nuevo a ella; la vida del ser humano cambiara radicalmente puesto que tendríamos otro tipo de comportamiento, cambiarían nuestros procesos de pensamiento, cognición y los medios en que nos relacionamos que mantenemos actualmente ya que las representantes pulsionales intolerables para el yo solo se experimentarían en el momento como tal, como lo dicta la propia experiencia y no habría la necesidad de la existencia del inconsciente ya que no habría nada que almacenar o guardar que le fuera intolerable para consciencia y se aboliría así la  presunción insostenible de exigir que todo cuanto sucede en el interior de lo anímico tenga que hacerse notorio también para la conciencia puesto que ya no tendría una función importante la existencia del inconsciente, por otra parte seria una paradoja total el tener sentimientos ambivalentes hacia los demás en los que por una parte son importantes sin embargo parecería que sus acciones, pensamientos, aptitudes y conductas hacia nosotros no significaran mucho ya que si llegasen a ser displacenteros no habría una repercusión en nosotros que los avalara, aun que por otra parte creo yo que la calidad de vida del ser humano con respecto a las anomalías o trastornos mentales desaparecerían casi en su totalidad siendo este el punto más positivo que le encontraría a dicha pregunta, y desde otras perspectivas esto sería inconcebible puesto que para superación, compresión y evolución del ser humano es necesario el haberlo experimentado, el haberlo sufrido para poder lograr entenderlo y así cambiar aquello que nos disgusta siendo ese el camino más adecuado y justo para la trascendencia del ser vivo de otra forma sería muy sencillo el vivir y existir cometiendo barbaridades sin haberlas experimentado como algo que promoviera la necesidad del cambio. Respondiendo a la segunda pregunta qué pasaría si existiera un nexo consciente este las instancias psíquicas CC e INCC según Freud esto sería terrible e inconcebible ya que el único camino que nos quedaría seria la locura al conocer todo ese mundo que conforma la mayor parte de nuestro aparato psíquico y que nos es indiferente para la parte consiente la mayor parte de nuestras vidas conscientes de igual forma el conocer todo lo que conforma nuestro inconsciente cambiaria toda nuestra concepción del mundo y de nosotros mismos puesto que nos encontraríamos sumergidos en un mar de fluctuaciones y ambivalencias emocionales que conscientemente no existían. Con respecto al efecto de este en el psicoanálisis creo yo que quedaría casi eliminado puesto que una de sus tareas principales en el proceso psicoterapéutico es el de crear nexos de las partes inconscientes que no causan una dificultad, hacerlas conscientes para que devengan a la consciencia y lograr así reelaborarlas, al ya no existir las resistencias que impedían el nexo entro lo inconsciente y lo consciente quedaría casi en su totalidad innecesaria la labor del psicoterapeuta psicoanalítico.

R. Bejarano

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