domingo, 9 de enero de 2011

Caso Juanito.


Las fobias son consideradas como  algo natural en los seres humanos pues no hay persona alguna que no haya tenido alguna.
En el psicoanálisis, se conoce como complejo de Edipo al afecto desmedido que tiene el niño hacia la madre y los celos y deseos de destruir al padre al considerarlo como un rival.
El complejo d Edipo tiene su mayor intensidad a los cinco años aproximadamente, que es cuando el niño está pasando por la etapa fálica, en esta el interés del niño se centra en los genitales, el niño requiere entonces un objeto que le sirva para alcanzar su fin y debe buscarlo entre los que lo rodean, por lo cual no es raro que l niño escoja a la madre como depositaria de sus deseos amorosos.
En esta etapa la forma en que el niño ve al padre un tanto contradictoria ya que mientras por una parte lo admira al verlo como un representante poderoso del mundo que lo rodea, todo esto sin que deje de verlo como un rival. Por  lo cual el niño deposita la agresividad que siente hacia el padre en otro objeto, que en l caso de Juanito seria un caballo.
El complejo de Edipo es considerado la base inconsciente de la cual surgen todas las neurosis y psicosis alrededor de las cuales se sitúan los demás complejos y fantasías.
En el análisis de la fobia de un niño de cinco años, se dan a conocer la consecuencias mentales en un niño, aparentemente normal, como resultante de la interacción con un padre pasivo,  la retención exagerada por parte de la madre y un medico que dedujo en el niño pensamientos, comportamientos e ideas.
Este caso se trata a Juanito (Hans) como un niño ajeno a las emociones que se supone debieron haber sido las adecuadas para su nivel de maduración, su padre lo veía de manera muy subjetiva preocupado por las dudas comunes que el niño tenía por la etapa fálica y le mentía al tratar de aclarar esas dudas.
Freud en este caso se baso en las anotaciones que l padre hacia de las conductas del niño, y es el mismo Freud quien supone el tipo desarrollo sexual infantil, ya que la representación de la satisfacción sexual está presente desde antes del nacimiento y al nacer se traduce en la acción de mamar.
De acuerdo con el psicoanálisis, la etapa fálica supone en primer lugar, que el niño no reconoce más que sus genitales, no entiende ni asume que las mujeres no posean falo y atribuyen  a estas e incluso a los objetos inanimados la existencia de uno
 la figura materna juega un papel de suma importancia, dado que cuando Juanito empieza a mostrar interés en los genitales ella miente y desvía la conversación, es hasta que esta lo descubre con la mano en los genitales que le provoca lo que Freud llama el complejo de castración  sin que esto haga desaparecer la curiosidad del niño.
Cuando nace la hermana de Juanito este experimenta una etapa de celos, lo cual se puede considerar normal en un niño de su edad, Juanito empieza a comparándose con su hermana  y consciente de su superioridad desarrolla una fantasía de crecimiento y entonces anéela en sueños estar a solas con niños mayores que él, en especial una niña de nombre Maruja de cual dice haber soñado estar a solas con ella.
Se empieza a marcar mucho en él la preocupación por saber cómo se tiene los niños, sin que esto lo desvié de su curiosidad por el aspecto sexual que sigue presente en la elección del objeto sexual. En el estudio de la homosexualidad Freud explica que ésta es una manifestación de falta de desarrollo sexual y psicológico que se traduce en fijar a la persona en un comportamiento previo a la "madurez heterosexual" esto, se representa por el contacto y el aparente cariño que tiene Juanito a primos y amigos varones, traduciéndose como el primer rasgo de homosexualidad. Está implicado que la madurez heterosexual no está presente sino hasta después de cierta etapa en la que se muestra ambivalencia, en este caso, quiere, besa, acaricia y añora jugar con niños de igual forma que con niñas. La identificación materna y el hecho de que la madre pierde lugar (aunque sea solo por momentos) como objeto privilegiado es el común denominador del niño que busca un objeto que le sirva para alcanzar su fin.
La libido del goce y la angustia de la madre al tocar a su hijo relatadas en una conversación es deformada en un sueño que el padre interpreta como el goce y el anhelo de Juanito por ser tocado por niñas, la manipulación genital por alguien que no sea el mismo (y por el mismo) en el sueño, implican que desabrocharle, tocarle, ayudarle a hacer pipí, le es grata. Observando después la aparición del pudor y reconociendo la diferencia sexual anatómica comparándose de nuevo con su hermana.
El temor de salir y ser mordido por un caballo se hace intermitente con la consecuente curiosidad sexual que sigue presente en su vida, relata sueños e ideas “cariñosas y angustiosas” que intensifican la ternura y la libido hacia la madre sobre todo por las noches y la fobia se hace presente con el fin de dormir en su cama y ella acogiéndole desoyendo al padre.
Podría decirse que la satisfacción de la libido que el objeto le proporciona atenuaría la angustia de la fobia sin embargo, esta permanece y se hace presente por las noches, cuando el niño piensa que el caballo entrará en su habitación, la continua satisfacción sexual proveniente de la masturbación está exenta de angustia es decir, que la satisfacción en general y sexual en este caso particular no tendrían por qué ser angustiosa.
Freud, cuestiona si se debe tratar a la angustia como la reacción ante la inminencia de una pérdida, de una falta, o ante la inminencia de un exceso.
Con respecto al tema se postulan dos posibilidades: Una que el niño encarne la metáfora del deseo de la madre por el padre, y la otra posibilidad es que encarne la metonimia del deseo de la madre por el falo, que no tiene y que no tendrá nunca.
Todo en el comportamiento de la madre con Juanito, a quien se lleva a todas partes, desde el baño hasta la cama, indica que el niño es para ella un apéndice indispensable. La etiología edípica de la fobia me hace pensar en la idea de la ficción como la verdadera solución al problema y el respiro en la búsqueda frenética de los mitos conciliadores no satisfechos.
El mito es una ficción simbolizada donde se mantiene una estructura, aunque varíen los personajes. Este mito encierra una verdad, en la medida de que implica un intento de elaborar simbólicamente una alianza. En la fantasía de castración, Juanito quedaría identificado al ideal materno y no al emblema paterno.

F. Rosas Reyes

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