domingo, 9 de enero de 2011

Pulsión y sus destinos de pulsión, Más allá del principio del placer

Antes de empezar con el siguiente análisis de pulsión y su destino de pulsión, más allá del principio del placer y represión, mi pregunta, surge ante la cuestión de saber qué relación tiene un ensayo  del otro.
Para empezar es preciso conceptualizar el término de pulsión, esta es una energía psíquica que se desprende de lo orgánico y que no se satisface, no tiene objeto específico ni se extingue, en otras palabras la pulsión es una energía que te impulsa a conseguir las cosas, nunca se desgasta y siempre se mantiene. La pulsión nunca desaparece, no tiene relación con el objeto.
Freud realizo el concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, el primero que explico fue que “es un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma como una medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico debido a su trabazón con lo corporal".  Es decir aquellos que logran estar satisfechos emocionalmente. Freud cambia este concepto años más tarde y dice que “el concepto fronterizo de lo somático respecto de lo anímico. El representante  psíquico de poderes orgánicos”. Es decir a través de la pulsión, encuentra el anhelo. Otro más que menciona Freud  y dice “la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomatica en continuo fluir. Uno de los conceptos del deslinde de lo anímico respecto de lo corporal”. Es decir la pulsión nace de la biología psíquicamente y está preparado para ser pulsión.
En otras palabras un agente representativo es cualquier cosa que satisfaga momentáneamente ese deseo o plenitud. Dicho esto, Freud, plantea entonces los dos tipos distintos, de pulsiones: las pulsiones del yo o de autoconservación - que nosotros llamamos necesidades: hambre, sed, etc. - y las pulsiones sexuales- que se reserva exclusivamente, el término pulsión. Ambas, necesidades y pulsiones, comparten algunas características: tienen su fuente en una parte concreta de la carne del viviente y se representan en la psique, empujándola al esfuerzo de alcanzar la meta -esto es, la satisfacción, como único fin posible- mediante el objeto adecuado. La pulsión es  representante psíquico, o se puede reconocer, se puede conocer los agentes hacía donde se dirige la pulsión.
Siguiendo con esto, Freud se centra entonces en los dos primeros destinos: El primero, que denomina "trastorno en lo contrario" lo refiere a la modalidad de satisfacción pulsional: activa o pasiva. El segundo, "vuelta hacia la propia persona" referido al objeto de la pulsión, al lugar que el organismo del que parte la pulsión ocupa respecto a la satisfacción de la misma: sujeto u objeto. Para el voyeurismo-exhibicionismo, el trastorno de actividad en pasividad lo dice como el paso del placer de mirar- voyeurista- al placer de ser mirado -exhibicionista; de la voz activa  a la voz pasiva. Y la vuelta hacia la propia persona, la enuncia como el paso del placer de mirar a un objeto al placer que el exhibicionista tiene -como objeto de la mirada del otro- de la desnudez de su propio cuerpo, esto es, el paso del lugar de sujeto al lugar de objeto.
Para el par sadismo-masoquismo utiliza igual argumentación: respecto al cambio de actividad a pasividad: del placer de pegar al de ser pegado. Nuevamente,  activa primero -sadismo- y pasiva después -masoquismo. Y la vuelta hacia la propia persona: del goce que el sádico, como sujeto obtiene de su acto al placer que el masoquista obtiene ubicado como objeto (ser lastimado).
El principio del placer si existe. El aparato psíquico estaba regulado por el principio del placer (es decir, la pulsión insatisfecha genera mayor tensión y   mayor displacer). El principio del placer se deriva del principio de constancia, por el cual el aparato anímico tiende a mantener lo más bajo posible la excitación. Freud considera que las explicaciones que daba antes al displacer (insatisfacción de pulsiones reprimidas – dan cuenta sólo parcialmente de los fenómenos displacenteros. Así mismo entonces  “las pulsiones y sus destinos”, éstas están caracterizadas por tener su origen en el cuerpo y ser una fuerza constante, que actúa dentro de la serie placer-displacer. El aparato anímico - trabaja en el sentido de reducir la tensión creada por la pulsión, que es lo que produce displacer. Ahora bien la pulsiones dualistas que son pulsión de vida (protección yoica), que es representada por EROS y pulsión de muerte que es representada por tanatos. El placer es la vida, es licito, lo moral, las reglas, no es prohibido y tiene límites, así mismo el placer no provoca angustia, no te causa ansiedad, por el contrario el displacer es la muerte, es ilícito, no tiene reglas, es amoral, es prohibido, no tiene límites, es doloroso, aniquila, aplasta al deseo. De esta forma el placer tiene un tope, solo se permite cierta cantidad (limite) goza lo menos posible. El goce disfrutan el placer que duele, estos pueden ser, adictos, suicidas, anoréxicos, etc. Y es así como el más allá del principio de placer si existe, y el goce es más allá del principio del placer y es la pulsión de muerte, compulsión a la repetición. “El goce te atrapa al saber que te va a lastimar”.

En la represión como se mencionaba anteriormente se reprime las cosas que provocan displacer, y es entonces cuando el yo utiliza mecanismos de defensa para proteger a la persona de la ansiedad, dichos mecanismos involucran falsificaciones de condiciones reales y se supone que operan inconscientemente El yo excluye de la conciencia lo que no puede aceptar, así, los impulsos, pensamientos, sentimientos o recuerdos desagradables o indeseables se encierran, o empujan al inconsciente debido a su potencial para producir ansiedad. La meta principal de la represión es evitar el displacer. A la represión secundaría se le llama represión propiamente dicha el cual es un mecanismo de defensa, el mecanismo de defensa se formo por el mecanismo ya mencionado “represión”. El afecto que acompaña a una represión nunca se reprime, por tal no se va al inconsciente, sino que se dirige a alguna parte del cuerpo. Para esto Freud construye dos analogías para explicar la represión la 1ra. Represión de la búsqueda el cual consiste en buscar situaciones desagradables de la conciencia. La 2da. Es la representación de caza son mecanismos que andan buscando nuevas represiones. De acuerdo de lo anterior se puede decir entonces que la represión es una representación que busca situaciones para luego reprimirlas.


Z. Villareal

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